Cuando en 1937 Orestes Di Lullo publicó El bosque sin leyenda hacía medio siglo que se había iniciado la explotación de la madera en Santiago del Estero. Para entonces se había diezmado la parte más rica de su masa forestal –la más añosa- mediante el sistema de entresaca. Se estima que la superficie desmontada por completo –para caminos, vías férreas o agricultura- llegaba a un millón de hectáreas, aproximadamente el 10 % de sus montes.
El libro de Di Lullo es una obra que merece revisión, tanto por su propósito y contenido como por su carácter pionero en los campos de la sociología, la salud pública y la crítica social. Como otras de sus investigaciones, la realizó en buena parte en el hospital y en su consultorio de médico dermatólogo, examinando a los hacheros y escuchando sus relatos. Hizo así una entrada al campo tan rica como si hubiera visitado los obrajes.
Creemos indudable que su título constituye una réplica al de Ricardo Rojas El país de la selva, publicado tres décadas antes, que describe la vida rural y los relatos populares transmitidos de generación en generación. En cambio, Di Lullo se centra en explotación del bosque, en las condiciones de trabajo y de vida en el obraje, que desde luego incluyen la sanitaria, a la que dedicó un libro posterior: La San.Asis (1942).
Pero este autor lleva su crítica a un plano más general, referido a la orientación productiva de la economía de la provincia, cuestionando la forestal, que a su criterio la había desviado de la agraria y pastoril que la caracterizaba. No sé el efecto que tuvo esta apreciación en el ámbito intelectual, pero sí que fue nulo en los gubernamentales y de los negocios: desde 1930 a 1998 se perdieron 4 millones de superficie con bosque, y desde entonces hasta hoy otros 2 millones.
El ritmo de la deforestación es cada vez más acelerado. Calculamos que la tasa de disminución de la masa forestal creció del 4,6% al 7,9% anual en las últimas tres décadas. Es esta etapa reciente la que nos interesa analizar, guiados por tres objetivos:
- Describir sus características micro y macro económicas a escala provincial, nacional y mundial.
- Identificar sus principales consecuencias sobre el medio ambiente, la salud pública y la cultura.
- Iniciar una reflexión sobre los modos de producción de la economía santiagueña dirigido a lograr una relación sostenible entre comunidad, territorio y desarrollo.
El problema y su contexto
Entre 1998 y 2018 Santiago del Estero perdió 2.192.487has. de tierras forestales, que equivalen al 44,4 % de su masa forestal total. Aún le quedan 4.149.784 has (30%) pero la tasa de deforestación ha venido aumentando, principalmente debido a la expansión del cultivo de soja.
Cuadro 1. Superficie ocupada por bosques y superficie deforestada. Santiago del Estero 1885-2018
Año | Superficie Total Has. | Superficie ocupada por bosques Has. | % | Superficie deforestada Has. | % | Tasa de disminución anual % |
1885 | 13.500.000 | 11.500.000 | 85,2 | – | – | – |
1930 | “ | 10.427.122 | 77,2 | 1.072.878 | 9,3 | 1,8 |
1998 | 13.635.100 | 6.281.398 | 46,1 | 4.145.724 | 36,0 | 4,6 |
2018 | “ | 4.149.784 | 30,4 | 2.192.487 | 19,1 | 7,9 |
Total | – | – | – | 7.411.089 | 64,4 | – |
La ‘sojización’ es un fenómeno de escala continental que utiliza la tecnología más avanzada para lograr el mayor rendimiento de la producción. Grandes capitales que no tienen frontera vinculan a los mercados con el laboratorio, la industria y el productor, formando una cadena empresarial que gravita en el despacho oficial y la mesa de redacción.
Su discurso es economicista y su filosofía –si así podemos llamarla- la ganancia; por el momento no es permeable a enfoques que contemplen palabras tales como justicia social y ambiental, que además de ser utilizadas por Página 12 y Nuevo Ñan figuran también en el pensamiento de Noam Chomski, Antonio Elio Brailovski, Francisco I, Álvaro García Linera y Aílton Krenak, entre los que conozco.
La comparación entre las variables analizadas nos permitió un gráfico aproximado mostrando la disminución de la masa forestal y el aumento de la deforestación, que supera a la anterior entre 1970-80.
Gráfico 1. Superficie ocupada por bosques y superficie desforestada. Santiago del Estero 1880-2020(Fuente: Cuadro 1)
Algunas consecuencias
La mayoría son conocidas para la población, mediante la observación, el relato o la prensa informal. No creemos que las autoridades y la prensa oficial las ignoren, pero por algún motivo no los ocupan. Solo hago un listado de las que creo más visibles.
Degradación ambiental
La deforestación (o “desmontes”) en Argentina es una de las principales causas de degradación de ambientes, aumento de inundaciones y pérdida de biodiversidad.
Falta de un marco de protección adecuado
Se observa que la legislación nacional y provincial sobre los recursos forestales necesita ser revisada a la luz de conocimientos actuales del ecosistema, la economía, los derechos sociales y la ética. No menos visibles son las debilidades o inoperancia de los aparatos de control y la existencia de procedimientos para sortear los términos de la ley.
Complicidad de funcionarios
Es visible la asociación de los intereses gubernamentales con los empresariales del sector privado para promover la sojización y aprobar la deforestación que requería, aun en zonas protegidas, y no efectuar los controles previstos por la ley.
Cito como ejemplos conocidos el caso de un diputado provincial que en 2008 fue filmado acompañando el desalojo violento de un poblador rural, el de un juez que consideró válida una escritura firmada por un hombre de 121 años, o el de un integrante del superior Tribunal de Justicia que autorizó desalojos en tierras que fueron otorgadas a un antepasado suyo por una merced de 1744.
Daños a la salud
El modo de producción actual de la soja se ha extendido gracias a avances en la genética de las semillas y el uso de agroquímicos como el glifosato, que además de impedir el crecimiento de toda especie que no sea la soja dañan la salud humana y animal, además de contaminar el aire y los acuíferos. Disponemos de muchos ejemplos en la provincia, recogidos por pobladores, trabajadores de la salud, dirigentes rurales, sacerdotes y periodistas
Es conocido el caso de Fabián Tomasi, trabajador rural de Entre Ríos que murió en 2018 a causa de la enfermedad que le provocó el contacto con el producto.
https://www.infobae.com/sociedad/2018/09/07/murio-fabian-tomasi-un-simbolo-de-los-estragos-que-provocan-los-agroquimicos-en-el-cuerpo/?outputType=amp-type
El investigador del CONICET Andrés Carrasco investigó hace una década las alteraciones en el desarrollo molecular de las especies que produce el glifosato, que aunque fue prohibido tiene sucedáneos que también son nocivos. Carrasco tuvo dificultades para proseguir su investigación y sostuvo que su proyecto había sido evaluado con parcialidad y varios medios descontaron la influencia del laboratorio productor, filial de una firma internacional que no merece propaganda.
Agresión a comunidades originarias
Es un tema más sensible que el propiamente ambiental porque supone un conflicto social de particulares característica, pues enfrenta a los nuevos dueños con los residentes. A cinco siglos de distancia de la ocupación española reitera el enfrentamiento entre el interés y la cultura, en términos aún más duros que entonces. En efecto, la colonia subordinaba a la vez que incorporaba mediante el vasallaje de la encomienda, mientras el modelo sojero excluye, cerca las comunidades y las priva de sus recursos.
Pérdida de autonomía productiva
El monocultivo dependiente del mercado externo limita el abanico de actividades productivas sostenibles que es posible realizar en nuestro territorio. En muchos rubros productivos (ej. alimentos, bebidas, tejidos, carpintería, farmacología, etc.) hay ya una rica experiencia poco apoyada, estimulada y difundida, que ejemplifico en el concepto de agricultura familiar.
La autonomía productiva es a la economía lo que la autonomía política es a la sociedad, pues emancipa y singulariza. Alcanzarla supone buscarla, proponerla como objetivo, y desde luego estudiarla desde muchas disciplinas que ya han alcanzado desarrollo en nuestra provincia (ej. antropología, ciencia política, ciencias forestales, biología, ciencia ficción, economía, ecología, folklore, geología, historia, prospectiva, sociología, trabajo social, zoología, etc.)
Pérdida de identidad cultural
La naturaleza es nuestro mundo y no puede sino formar parte de la identidad cultural de una sociedad y constitutiva de los caracteres de sus habitantes (Kusch 1960, Krenak 2023). Esto resulta manifiesto en el caso de Santiago del Estero, en donde el ambiente natural es cifra de tradiciones, creencias, costumbres y lengua, como lo vemos expresado en la leyenda, la literatura, el ensayo, la novela y el cancionero.
Preguntas y desafíos
La pregunta es si la ganancia generada por la producción de soja al conjunto de sus productores, proveedores y socios justifica su costo ambiental y social. Y si no tenemos que pensar alternativas en el plano de la economía y la política que comiencen a poner límite a este modelo extractivo y esquilmante.
El desafío ambiental no se resuelve retóricamente diciendo “Desmontes 0” sino poniendo en práctica una política conservacionista activa que no solo ponga freno a los excesos comprobados (para lo que bastaría comenzar aplicando la ley) sino además aumentando las penas a quienes los cometen y creando estímulos para enmendarlos.
Es necesaria una política agroforestal activa que reconozca la primacía de los intereses comunitarios antes que los del capital. El diccionario admite las palabras vivero, reforestación y parques provinciales; la práctica también, y Santiago del Estero dará un paso histórico modificando su modo de hacer (o más bien de no hacer) que debe ser considerado del pasado en cuanto arcaico y perjudicial para sí misma.
Concluyendo
Aunque el problema planteado requiere acciones de mediano y largo plazo, los primeros pasos se dan en el corto. Y vemos todo lo que hace falta hacer, además de leer a Orestes Di Lullo, Néstor René Ledesma y Raúl Dargoltz, para crear conciencia del problema y estatuirlo como tal.
En esa dirección agrego el cálculo que hice a partir de las cifras del cuadro 1: conociendo el número de hectáreas que se desmontaron por año en las últimas dos décadas, tomé como referencia la más baja (25.513 has en 2019) y me pregunté ¿cuánto durará el bosque santiagueño si lo seguimos eliminando a este ritmo?
El año 2109 parece distante, pero en el largo tiempo histórico es pasado mañana.
El Gran Chaco es nuestra Amazonia
Superficies sembradas por soja 2020-2021
Contaminación del aire
La deforestación también contribuye a la contaminación del aire. Entre 2002-2013 el promedio de emisiones anuales brutas por deforestación fue de 101.141.848 de toneladas de CO2 equivalente (tCO2e), y en 2017 se calculaba que la deforestación había aportado, junto con la agricultura, el 44% de las emisiones totales del país.
Debilidades en la aplicación de la ley
“El sector empresarial desforesta de manera ilegal porque si se los sanciona se lo hace con una multa económica que es realmente irrisoria comparada con el dinero que se gana produciendo soja”… “Y ha habido complicidad de gobiernos provinciales que han autorizado desmontes donde la ley claramente no lo permite, mediante reglamentaciones y decretos más flexibles que la ley nacional.” (Greenpeace Argentina).
La resistencia campesina
La resistencia se manifestó desde el inicio del período que describimos: el Movimiento Campesino Santiagueño (MOCASE) nació en 1990, precedido por el Grito de Los Juríes, una pionera protesta rural que apoyó el sacerdote palotino Roberto Killmeate. Desde entonces hubo muchos otros enfrentamientos, como el que cobró la vida de la pobladora campesina Ely Juárez enfrentando a una topadora.
Aunque el MOCASE nunca recibió el mismo trato que las asociaciones y corporaciones de productores –la segregación étnica y de clase no es nueva en la provincia- ha logrado generar conciencia sobre la gravedad del problema e impulsar a su estudio, a la vez que apoyar la defensa de sus derechos.
Entre otras voces lo hace el Grupo de Curas en Opción Preferencial por los Pobres que en varias ocasiones se expresaron públicamente sobre agresiones a los pobladores y denunciado la intencionalidad de los incendios forestales, por lo que han recibido amenazas (Urutaú N° 5, Nuevo Ñan N° 5, www.nuevoñan.com).
Topadoras “Las topadoras borran posibilidades de vida, no solo árboles y animales. Borran creencias, cultura, identidad y potencialidades de los pueblos originarios. Los pueblos originarios vivieron siglos en el Gran Chaco sin destruirlo, nosotros en menos de 100 años ya rompimos todo. Ellos tienen mucho por enseñarnos”, detalla el dirigente rural Chianetta. Se estima que el 8% de los habitantes del Gran Chaco argentino pertenecen a pueblos originarios que, desde siempre, encontraron en el monte su refugio, alimentos, agua, materiales de construcción y medicamentos.
Ley de Desarrollo Forestal de México
Como ejemplo del reconocimiento a los derechos de pobladores y comunidades locales en otros países, cito dos párrafos de la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable de México, reformada por última vez en 2022:
XII. Promover, en la política forestal, acciones afirmativas tendientes a garantizar la igualdad sustantiva de oportunidades para las mujeres, la población indígena, los jóvenes y las personas con capacidades diferentes, y
XIII. Respetar, en el ámbito de la Ley, los derechos de las comunidades indígenas, afromexicanas y equiparables, así como el uso y disfrute de sus recursos forestales en los términos de normatividad nacional aplicable y los instrumentos internacionales vinculantes. Así como fomentar mecanismos de manejo y protección de los ecosistemas forestales de conformidad a sus prácticas y perspectivas, salvaguardando el conocimiento de las mismas, respetando sus derechos de consulta libre, previa e informada y su derecho de conocimiento fundamentado previo, según corresponda.